Después de El sanador de caballos, Gonzalo Giner nos regala un nuevo libro histórico.
Se esperaba mucho de este libro y no ha igualado en calidad, trama y entretenimiento al anterior.
Cuenta la historia de Yago, un niño autista, bastardo, hijo de una sirvienta de una casa noble de Jerez, que crece en un entorno hostil, falto de cariño y comprensión, en la Andalucía de los caballos, las Américas y el Nápoles de principios del siglo XVI.
El libro da comienzo con el parto de la madre del protagonista y resulta tan intenso y desgarrador que se cree uno incapaz de soportar tanta emoción e intriga si se es de los que leen antes de dormir. Sin embargo, el camino que coge la historia hace decrecer mucho el interés por la misma. Descoloca que cueste identificar a los personajes en varios momentos. Demasiados escenarios ha querido tocar el autor. El relato de Jamaica, especialmente, y el del sanatorio se hacen innecesarios, son poco creíbles y se alargan en exceso. No obstante, si uno atraviesa el segundo tercio, encontrará la mejor narrativa de Giner en la última parte.
√ Rebeca García Agudo