Aún hay profesiones en las que la presencia de la mujer es nula: no hay carpinteras, electricistas, albañiles ni fontaneras. Así que, cuando uno compra un mueble de Ikea, pasa como cuando un matrimonio va en su coche, ¿quién conduce? No se dice, pero sigue habiendo actividades que parecen predeterminadas para que las lleve a cabo un determinado sexo. Pues se acabó. Al menos con Ikea. Ikea y Decathlon representan el fenómeno más innovador en los últimos años en el concepto de compra en hipermercado. Lo increíble es que Ikea ha tirado por el suelo todos los trucos de marketing empresarial: no da una atención personalizada (funciona en autoservicio), no usa un lenguaje cercano (el sueco es inmemorizable: Kvarnvik, Önskedröm, Hedblomster…), no ofrece calidad en los muebles ni en la comida… ¿Y quién iba a pronosticar que su supermercado de productos alimentarios perduraría? ¡Las patatas se llaman Potatischips gräddfil & lök!
La tríada de precio, ingenio y modernidad nos ha cautivado y, si aún no es su caso, he aquí unos consejos para que por fin se inicie en la adquisición de mobiliario escandinavo:
Compra
- Según tu capacidad para transportar el mueble -recuerda que es autoservicio, hay que ponerlo en un carro y luego pasarlo al coche-, valora que te acompañe alguien al establecimiento.
- Empieza por un mueble pequeño. No querrás equivocarte montando mal tu cocina. Ya comprarás un mueble más grande y complejo cuando hayas acumulado experiencia.
Montaje
Aquí viene lo bueno, la auténtica experiencia Ikea.
- Los muebles de Ikea vienen equipados con todo lo que necesitas para el montaje del mueble, salvo el destornillador. En la primera vez puede que no, pero para posteriores compras le recomiendo que se haga con un destornillador eléctrico; verá amortizado los 50 euros que vale en un solo montaje apretando tornillos.
- Lo más importante es, sin duda, cuidar mucho cada tornillo y taco de madera que acompaña al mueble, porque vienen contados y no podrá terminar el montaje si se pierde uno.
- Otra cosa única de Ikea son las instrucciones: no tienen texto, solo gráficos. Fíjese bien en los agujeros de los tableros, aunque a priori le parezcan iguales. No se adelante ni un paso porque todo está calculado al dedillo. Como se equivoque, tendrás que volver atrás, lo que no es deseable en un mueble de esta calidad. Los muebles de la abuela que nos traspasaron en nuestra boda duraban toda la vida; los de Ikea son para menos años, funcionales, sin apego ni cariño. Un golpe con el martillo o un roce con el taladro y… bollo al canto. Por esta razón, hará bien si trabaja sobre una alfombra. Como arrastre el mueble por el suelo se le fastidiará el tablero sobre el que lo esté apoyando.
¡Cuidado! La satisfacción que produce descubrir que una es capaz de montar un mueble sola puede llevar a la adicción. Mesas, sillas, estanterías, floreros, cojines, toallas, portarretratos, relojes de pared… Le será difícil atravesar Ikea sin marearse y sin ninguna compra.
√ Rebeca García Agudo
Aunque a mí no me gustan los muebles de Ikea, reconozco que algunos comerciantes españoles podrían tomar nota de su programa de marketing y precios.
Me gustaMe gusta
Absolutamente cierto!!
Me gustaMe gusta