Pasan los años, pero no aprendemos… El cuerpo sigue jugando un papel fundamental en los países que no sufren calamidades que les hagan pensar en otra cosa.
En la sociedad del bienestar, la gente tiene mucho tiempo para mirarse el cuerpo. Nos educan para conocer qué partes nos fortalecen y cuáles nos debilitan, destacar las bonitas y aprender a disimular las que pueden ser objeto de rechazo a nuestro alrededor. Ensañándose especialmente con las mujeres, nos han metido a conciencia el 90-60-90. ¿Qué te dice una amiga de tu madre cuando eres pequeña?: “¿y esta niña tan bonita ya tiene novio?”. La belleza física, décadas atrás, suponía para la mujer su arma más valiosa para tener éxito en la vida: sobresalir, con el único objetivo de finalmente conseguir un buen matrimonio, dado que al sexo femenino se le vetaba el acceso a estudios universitarios y un mundo laboral liderado por varones.
Hoy en día, aún queda mucho camino por recorrer. Los puestos directivos están ocupados en su mayoría por hombres, la oferta de contratos baja si la mujer está en edad fértil y para muchos puestos de trabajo se prefiere a un hombre. El aspecto importa en nuestro modo de vida. La gente se lleva una primera impresión solo por el exterior de una persona. Para determinados empleos, se exige además una determinada altura, como si para ser azafata de vuelo fuera necesario y no dependiera de la atracción que puede ejercer la compañía sobre sus clientes. ¿Alta para cerrar un compartimento de equipaje? Nunca he comprendido por qué una azafata lleva tacones, ¿no es un zapato totalmente inapropiado para un aterrizaje de emergencia?
Pues a mí la altura nunca me ha servido para nada. Ser baja o alta tiene ventajas e inconvenientes. Pero sí he recibido continuas advertencias por lo que la altura podría reportarme, constantes insistencias en no usar zapato plano, vestir de negro para parecer más alta, evitar amigas grandes que pudieran hacerme parecer más tapón. A día de hoy hago recuento y me parece increíble que oyera tantas tonterías, pero sigue asombrándome que la sociedad esté pendiente de estas cosas. Sin embargo, si nos fijamos, en el mundo del espectáculo del que tan pendientes están nuestras jóvenes salen muchas que miden menos de 1,60 m. Cada vez vemos más. Y aquí helas. Para que a quien le preocupe ser baja se dé cuenta de que hay mil y una características más que nos definen, dentro de una lista que solo depende de nosotros subrayar o a-l-a-r-g-a-r.
Ariana Grande, 1,53 cm. Muchos la conocen por su aparición en series juveniles, aunque se lanzó al estrellato al saltar a la música. Ha sido la única artista en debutar en el top 10 con todos los sencillos de sus álbumes.
Kylie Minogue, 1,52 m. Nos sorprendió en los años 80 como una de las primeras cantantes que conocíamos venidas de Australia. Después se convertiría en todo lo que le fuera posible: empresaria, actriz, diseñadora de moda, productora…, profesión 5-en-1 que hoy se lleva mucho.
Hayden Panettiere, 1,53 m. Interpretó a la inolvidable hija del entrenador blanco de Titanes: hicieron historia, con Denzel Washington, y luego se convertiría en la mayor de los hijos adoptivos de Mamá a la fuerza, para terminar casándose con un boxeador de nada más y nada menos que 1,98 m.
Jillian Murray, 1,57 m. Aunque ha aparecido en varias series y películas, la conocemos más por su papel de Dra. Heather Pinkney, cirujana de Código negro, donde no se deja aplacar por el temido Dr. Campbell.
Shakira, 1,57 m. También muy versátil, la cantautora es productora, bailarina, modelo, empresaria y actriz. Se ha convertido en la cantante con más discos vendidos en la década de los 2000 y también en la artista viva con más premios Grammy.
Eva Longoria, 1,57 m. Actriz, modelo y empresaria, saltó a la fama por la serie Mujeres desesperadas. Estuvo casada con un jugador de baloncesto.
Reese Witherspoon, 1,56 m. Dulce y resuelta como ella sola, siempre sonriendo, mejora las películas que hace con su graciosa presencia: Sweet Home Alabama, Una rubia muy legal, En la cuerda floja… y en la serie Big Little Lies para culminar.
Avril Lavigne, 1,57 m. También llamada la reina del pop punk, destacó en los años 2000 con sus inigualables canciones, dirigidas a un público femenino preparado para romper con la clásica figura femenina de mujer complaciente, así como la de la artista: Skater Boy, Complicated, Girlfriend, My happy ending.
Emma Roberts, 1,57 cm. Ha aparecido en Scream 4, American Horror Story y hace un buen papel en Nerve.
Salma Hayek, 1,57 m. Mexicana de origen libanés, se la conoce quizás más por su figura que por su filmografía, aunque una de sus películas nos dejara un bonito recuerdo, la de Solo los tontos se enamoran, que protagonizó junto a Matthew Perry.
Rachel Bilson, 1,57 m. La pudimos ver en Jumper, pero quizás se la conozca más por su interpretación en la serie The O. C.
Anna Kendrick, 1,57 m. Se trata de una actriz con papeles de tímida y prudente, por lo que siempre nos recuerda a la típica actriz secundaria fácil de olvidar. Sin embargo, son muchas las películas a sus espaldas: las de la saga Crepúsculo, Up in the air o El contador.
Lady Gaga, 1,55 m. Extravagante y surgida de un estudiado proyecto de marketing, revolucionó la música pop en los años 2000 con una de las giras con más recaudación de la historia y algunas de las canciones más vendidas del mundo.
Y no seguimos por no aburrir. Más pensar y disfrutar de lo que tenemos y menos mirarnos en el espejo, que a viejos vamos todos.
√ Rebeca García Agudo
Me ha encantado.
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Hola Rebeca!
Hace mucho que no sabemos la una de la otra, pero hace días que me acuerdo mucho de ti, y veo que la vida te trata muy bien.
Un fuerte abrazo
Rocío Álvarez
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Me alegra saber de ti, Rocío! La vida va como quiere pero yo intento dominarla! Un abrazo fuerte
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